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"EL SECRETO DEL ÓPALO" ESTÁ PROTEGIDO

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jueves, 4 de septiembre de 2014

El Secreto del Ópalo: Capítulo 4

 La Torre  

-Cuándo abrí la puerta apareció un salón muy amplio, las paredes eran doradas y la luz que entraba desde las ventanas hacia que el sitio fuese muy luminoso, espera...¿Ventanas? Si desde a fuera no vi ninguna...-

-En el centro de la sala había tres sofás de color rojo sangre alrededor de una mesa de madera y delante de está una gran chimenea. En las paredes había banderas y escudos y por no decir la cantidad de libros y estanterías. Al lado de la puerta se encontraba un perchero y un gran mueble que contenía tazas y platos, al fondo había una escalera de caracol, mire hacia arriba porque al parecer la escalera era infinita...En aquella sala había 2 puertas, una a la derecha y otra a la izquierda de las escaleras.-

-¿Qué te gusta? dijo Luna a la vez que sentaba en el sofá.-
-Es increíble...-Dije mientras también tomaba asiento en uno de los sofás.-

-Entonces alguien abrió la puerta que se encontraba a la izquierda, acto seguido todas las cortinas se cerraron de golpe y una persona salió por la puerta. Era una chica pequeña, quizá de unos 12 años, sus ojos eran de color verde y su pelo era MUY largo, tanto que diría que su pelo era más largo que ella misma. No vestía con un uniforme como los demás, tan solo un vestido de color negro, medias blancas y unas botas también negras, a pesar de aparentar 12 años, su cara se mostraba seria y nada amigable.

-Había escuchado ruidos y pensé que eran unas ratas...y tenía razón.-Dijo con una sonrisa maliciosa.
-¡Qué amable! -Dijo Anna quitándose su gran sombrero y dejándolo sobre el perchero.
-¿Qué quieres que diga...? Es la verdad, sois 5 ratas asquerosas que están al servicio de la directora.
-¡Cállate!-Dijo Anna acercandose a ella.
-¿Crees qué te tengo miedo?-Dijo la chica sentandose en el sofá donde no habia nadie.
-¿Crees que a nosotros nos importa tu opinión?-Dijo Luna mirándola con frialdad.
-Vaya...ahora le toca al turno de la niña perfecta, antes me caías bien cuando solo tenías 10 años...-
-Ya basta chicas.-Dijo Pablo mientras se tocaba el pelo frustado.-
-¿Qué quieres que haga? ¿Dejar que nos insulte?-Dijo Anna muy molesta mientras se apartaba de aquella niña.-

-Tenía un carácter increíble...Anna y Pablo discutían, mientras Luna estaba sentada atenta a lo que decían, mientras la niña de pelo rubio tomaba té, de repente paro de beber y me miró fijamente.-

-¿Es cierto eso?-Dijo mientras dejaba el té en la mesa y detuvo sin quererlo la discusión de Anna y Pablo.
-¿Cierto el qué?-Dije mirándola.-
-Lo de tú memoria.- ¿Cómo sabía tal cosa? ¿Tan rápido se divulgo sobre mi perdida de memoria?
-Sí, lo es ¿Cómo lo sabes?-Dije intrigado.-
-Por la mocosa pelirroja de allí, esta misma mañana no paraba quieta ni un segundo diciendo cosas sin sentido sobre ti.-Dijo señalando a Anna.-
-¿Lo sabías?-Dije boquiabierto.-

-Anna bajo la cabeza y después de unos segundos me contestó:-

-Sí...lo sabía, pero no quería admitirlo.
-¿Cómo?-Estaba totalmente intrigado ¿Podría haber sido ella la mirada penetrante de esta mañana-Me pregunté
-David, como sabes...esto es el mundo mágico y bueno te costará creerlo pero soy capaz de saber el futuro.
-¿Eres adivina...?
-Se podría decir que sí.-Dijo incomoda.

-Luna cruzó los brazos y penetro con la mirada a Anna.-

-¿Por qué no me lo dijiste?
-No lo sé...-
-Anna...sabes que cuando tienes visiones, es crucial que nos lo digas.-Dijo seria
-No soy una bola de adivinación, Luna.- Dijo un poco dolida.-
-¿No..?-Dijo La niña riéndose, todos la miraron desafiantes pero ni si quiera se inmutó., se levanto del sofá y se acerco hacia mi, levanto la mano y me dijo:
-Soy Evangeline.-Le cogí de la mano y ella lo apretó firmemente.-
-Hay una cosa que debes recordar de mi, y es que yo soy una vampiro.-Acto seguido me soltó la mano y me enseño sus sanguinarios colmillos.-
-Nos veremos esta noche David.-Se dio media vuelta mientras reía y se adentró hacia su habitación haciendo que todas las cortinas se abriesen de nuevo.-
-No lo decía en serio...¿Verdad..?-Dije bastante asustado.-
-Es así...ya te acostumbraras.-Dijo Pablo sentando a mi lado.
-Eso es una mentira como una casa.-Dijo Anna.-¿Cómo aguantarla? Es arrogante, cruel, borde...-
-No la conoces bien...-Dijo Pablo.-
-¿Y tú si?-Dijo Luna alzando una ceja.-

-Pablo calló y un silencio se detuvo en la sala.-

-¿Y dónde voy a dormir...?-Dije cambiando de conversación.-
-En nuestra habitación, es esa la de la puerta derecha.-Me señalo Pablo
-¿Y vosotras dónde dormís?-Dije curioso
-En el tercero piso, mi puerta es la derecha al fondo, mientras que la de Luna se encuentra opuesto al mío.-Dijo Anna mientras se estiraba.-
-¿En el segundo piso no hay nadie?-Pregunté.-
-Están los baños y un balcón.
-Ya descubrirás después todos los rincones que hay en esta torre, David.-Dijo Luna 
-Bueno David que tal si te enseño tu cuarto o mejor dicho nuestro cuarto.-Me dijo Pablo mientras iba hacia la puerta.-
-Claro. -le dije mientras me levantaba del sofá.-
-Mientras me marchaba vi como Anna se levantaba para hablar con Luna, parecía que se llevaban muy bien.-

-Fui en primero entrar y me fije en todos los rincones de la habitación: Sus paredes eran de color blanco puro, mientras que el suelo era de un marrón claro. Había una gran ventanal al final del cuarto, que separaba dos escritorios; el de la izquierda era más ordenado que el de la derecha. El ventanal daba con un balcón con unas grandes vistas pero tampoco me fije demasiado, se podía ver que la habitación estaba como divida en dos partes.-

-Había 2 camas (obviamente) una con las sábanas azules y otra de color verdes y en frente de ellas había un gran sofá  y una puerta al lado, me fije que encima de el sofá había un cuadrante lleno de fotos...fotos de nosotros.-

-¿Qué tal? ¿Te gusta?-dijo Pablo mientras se sentaba en el sofá.
-No esta mal.-dije aun observando algunos objetos.
-¿Dónde duermen los demás alumnos? Porque no creo que los 500 o 600 alumnos estén en esta Torre.
-Duermen en las habitaciones de la escuela que se sitúan en diferentes Torres, en total hay 4 Torres y esta Torre esta reservada para los  delegados, también esta reservado por personas como Evangeline . 
-¿Por qué nos dejan dormir aquí?-Dije alzando una ceja.-
-Porque tenemos algo especial.-Dijo con una sonrisa.-
-¿Especial? ¿Qué quieres decir? - dije cada vez más curioso.
-Mmm cómo te lo explicaría...tenemos una cosa especial incluso tú.
-Haber si acierto...estamos aquí porque tenemos algo “especial” y ese “especial” no debe afectar a los demás ¿no?
-Más o menos pero vas por el buen camino.
-De pronto escuchamos gritar a Luna y también escuche como decían Anna:“Me lo vas a decir por la buenas o par las malas”.-
-¡Pero que están haciendo!-exclame asustado.
-Ay no...ya estamos otra vez...estas 2 son como hermanas pero con distintos gustos...y a veces sus personalidades chocan-Dijo Pablo suspirando.

-Salimos de la habitación y encontramos a Anna montada encima de Luna haciéndole cosquillas a no poder más, tanto que a Luna se le salían las lágrimas de la risa.-

-Jajaja  ¡Para de una vez! - decía Luna a no poder más
-¡No, si me lo dices! -dijo Anna que seguía haciéndole cosquillas.
-¡Te digo que no me gusta nadie!.-Dijo Luna con mucho cansancio
-¡No me lo creo!
-Esto... ¿Hola? ¿Qué se supone que hacéis?-Dije atónito al ver la escena.
-¡Ah! David esto..hola emm...-dijo Anna en ese instante dejo de hacerle cosquillas a Luna y se levanto rápidamente.
-Aaah al fin termino la tortura...-dijo Luna aliviada mientras se levantaba.
-Estas dos nunca aprenderán.-dijo Evangeline mientras salia de su habitación y de nuevo todas las persianas se cerraron y únicamente se encendio la lampara que había en el techo.-

-Anna fulminó a Evangeline con su mirada, Pablo miro hacia el techo suspirando, todo estaba tranquilo hasta que de repente se escucho un golpe, todos nos giramos hacia Luna se había desmayado.-

-Anna corrió rápidamente a su encuentro, mientras que Pablo y yo nos quedamos inmóviles por unos instantes. Una vez que Pablo supo que estaba pasando en realidad fue con Anna y Luna, mientras yo me quede mirando a Evangeline...tenía una sonrisa demasiado maligna.-

-¡Luna! ¡Luna! ¡Por favor contesta!- gritaba Anna una y otra vez.-
-¿Qué pasa?-dije confuso a la vez que me acercaba.
-¿Qué le has hecho Evangeline? -gritó-Anna de repente
-¿Qué? ¿Por qué me hechas la culpa?-Dijo Evangeline con una cara de asco hacia a Anna
-¡NO ME MIRES ASÍ!-Acto seguido de decir esto se acercó rápidamente hacia ella.-
-Sabes perfectamente que eres la única de aquí que desea el mal para nosotros.-Continuó Anna con un tono amenazante.-
-Esa mirada...-Dije para mi mismo.-

-Temía por lo que iba hacer Anna, está reacción ya la he visto antes, rápidamente mire todo sus gestos: sus manos sudaban y temblaban a igual que sus piernas y al hablar lo hacía demasiado rápido y casi gritando...Anna esta a punto de tener el mismo ataque tuvo conmigo esta mañana.-

-Ana, tranquilízate.-Dije con un tono serio.-
-Pero...¿ES QUÉ NO LO VES? ¡HA SIDO ELLA! ¿Quién si no?-Dijo nerviosa
-¡Te he dicho que yo no he sido! ¡Me culpas y ni si quiera sabes que le está ocurriendo a tu amiga!-Dijo Evangeline con el ceño fruncido.-
-¡Cállate! Sé que has sido tú, así que confiesa.
-A mi no me mandas callar, niñata asquerosa.-Dijo Evageline mientras se dirigía a la puerta de su cuarto.-
-¡A dónde te crees que vas?-Dijo Anna poniéndose delante suya acorralándola junto a la ventana.-
-Te he dicho antes y te lo vuelvo a repetir: Tú no eres nadie para mandarme.-Dijo Evangenline intentando mantenerse firme, pero aunque no lo admita es su cara se podría observar miedo.
-Y tú no eres nadie para insultarnos cuando te de la jodida gana, Evangeline ¿Te crees importante por ser un estúpido vampiro? ¡Tan solo eres una huérfana con aires de saberlo todo! ¡ASÍ QUE CIERRAS TÚ LA BOCA!-Dijo Anna explotando

-Anna empezó a entrar en un estado de cólera o quizás de ansiedad, todos estábamos muy asustados y nadie sabía que hacer. Pablo aún estaba al lado de Luna intentando despertarla pero sin dejar que prestar atención a lo que sucedía, mientras tanto yo estaba paralizado observando atentamente la pelea deseando que no ocurra nada malo.-

-TE VUELVO A REPETIR: ¿QUÉ LE HAS HECHO A LUNA?
-¡N-A-D-A!-Se limitó a decir Evangeline

-Anna empujó al suelo de improvisto a Evangeline y en seguida abrió la persiana de la ventana, la luz del exterior iluminó completamente a Evangeline y ella no pudo evitar pegar un estrepitoso grito de dolor, su piel se estaba poniendo gris y juraría que se le caía como si fuera polvo de ceniza.-

-¡Venga dimelo YA! ¿QUÉ LE HAS HECHO A MI AMIGA? ¡O si no acabaré contigo ahora mismo!
-ANNA-Grite.-¡Déjala ya! ¿Qué mas da quién sea la culpa? ¡Tenemos que llevar a Luna lo más rápido posible a la enfermería!-Dije mientras intenta cerrar la persiana pero estaba atascada.-
-¡No! ¡No hasta que me lo diga!-Gritó

-Con todas mis fuerzas y prisas intentaba cerrar la cortina pero era imposible, no sé que hizo Anna porque era imposible volver a cerrarla. Anna no paraba de decir cosas incoherentes que me ponían aún más nervioso, mire hacía al suelo y pude como Evangeline lloraba de dolor, mientras su pelo se convertía en ceniza. Sin pensarlo ni por un segundo me abalancé sobre ella cubriéndola del la luz del sol. Ha sido una tremenda suerte de que Evangeline tuviese la apariencia y el tamaño de una niña de 10 años.-

-¡Por Dios! ¡Anna quieres tranquilizarte!.-Dije mientras intentaba tocar lo menos posible a Evangeline.

-Acaba de descubrir que cuando a un vampiro le da el Sol aunque se ponga cubierto de nuevo, su piel sigue estando débil y si la tocaba aún se deshacía. Así que mi pose sobre Evangeline era un tanto extraña...pero al menos la protegía de algún modo.-

-Pablo que está ahora estaba observando, corrió directamente hacia Anna y levantó su mano hasta pegarle una leve una bofetada que le hizo ver lo que estaba haciendo. Pablo arrancó literalmente la cortina y cubrió con ella a Evangeline, Anna tartamudeando cayó al suelo derramando lágrimas. Pablo se agacho junto a ella y le acarició la mejilla donde le había pegado.-

-Lo siento, no quería pegarte pero era necesario para que entrases en razón.-Dijo Pablo con su aire calmado.-
-Y-yo no quería...me he descontrolado...tal como lo hice ayer...yo no quería matarla...yo...-Pablo la abrazó con ternura consolándola y tranquilizándola.-

-Me dirigí hacía Evangeline y a duras penas logro moverse por si sola alejándose de la luz, aún estaba con la cortina tapada pero sus manos llenas de quemaduras poco a poco estaban volviendo a la normalidad.-
-¿Estás bien?-Pregunté
-Tan solo déjame.

-Y a continuación  se dirigió a puerta de su habitación, pero antes de entrar Pablo le dijo:-
-Eva ¿Sabes que ella no pretendía hacerte esto, no?
-Pero lo pensaba Pablo...lo pensaba y su cordura desapareció y tan solo se guió por sus sentimientos.-Y después de esto se adentro a su habitación y la cerró en nuestra presencia.-

-Pablo se dirigió hacia el cuerpo de Luna, estaba blanca y su respiración estaba muy alterada. Sin más demora Pablo la cogió en brazos nos miro Anna y a mi con una mirada decida que decía: “Vamos a ayudarla”

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