Capítulo 2
-La luz del Sol iluminaba la cara de una chica de pelo azulado, esta se empezó a despertar y empezó a levantarse con pereza, rebusco entre en el armario en busca de ropa, y después se entro en el cuarto de baño., se cepillo suavemente su pelo celeste, sus ojos grandes de color verde marcaban su cara pálida. Se recogió el pelo con una coleta trasera, por ultimo la chica se puso su vestido de color blanco puro.-
-La luz del Sol iluminaba la cara de una chica de pelo azulado, esta se empezó a despertar y empezó a levantarse con pereza, rebusco entre en el armario en busca de ropa, y después se entro en el cuarto de baño., se cepillo suavemente su pelo celeste, sus ojos grandes de color verde marcaban su cara pálida. Se recogió el pelo con una coleta trasera, por ultimo la chica se puso su vestido de color blanco puro.-
-Sara
se fue en la cocina para comer un poco abrió la nevera pero estaba completamente
vacía. Ella emitió un bufido y se fue directamente hacia la puerta pero sorprendentemente había una carta tirada en el suelo. La carta
era de su querida hermana Luna, en la carta contaba que ya cumplió
los 18 años y que pronto vendría a visitarla.-
-Ella
echo un suspiro y acto seguido se puso los botines de color marrón y
se fue por la puerta dirigiéndose hacia su instituto, sin prisas y
sin ningún nerviosismo y eso que llegaba tarde.-
-Su
instituto no estaba muy lejos pero aún así, había veces en que
ella siempre llegaba tarde, se paro enfrene de una cabina telefónica,
se giro hacía la izquierda y dio tres pasos y todo esto lo hizo de
forma cómica. Se dirigió a casa de su amigo Damián, lo conoció
desde el primer día en el que ambos entraron en el instituto y
digamos que entre ellos surgió química.
-Sara,
dando saltitos llego hasta la puerta y toco el timbre.-
-Vooooooy-Dijo
una voz que venía de adentro mientras se escuchaban sus pasos.
-¡Damián! ¡Date prisaaaa!-Gritó Sara
-Va,va,va-Dijo mientras un chico alto de pelo castaño
revuelto y ojos verdes le abría la puerta.
-¿Se puede saber que te queda aún? No estabas en la
cabina y me he venido a tu casa.
-No, si es que ya lo veo.-Dijo atándose los zapatos.-
-¡Vamoooos! ¡Date prisaaaaa!-Decía Sara nerviosa
-¡Qué si! Ya voy-Cogió su mochila y cerró la puerta
con llave.-
-¿Tú madre no está?-Dijo Sara mientras empezaba a
tomar su rumbo de nuevo a su instituto-
-Nope, se fue está mañana con mi hermana para ver a mi
tía que está algo enferma.-
-Oh ¿En serio? Entonces eso significa....
-Como pienses en una fiesta te vuelo la cabeza. Ya sabes
que detesto la música fuerte y el tener a muchas personas juntas, me
agobia.
-Sí, sí tranquilo, pero yo pensaba en que darnos tú y
yo solos.
-Damíán se quedo quieto en la acera mientras Sara
continuaba caminando, ella se dio cuenta en su reacción y echó una
carcajada.-
-¡Pervertido! ¡Yo no quiero hacer esas cosas contigo!
-Damián echó un suspiro y volvió a recuperar su color
natural y se dirigió corriendo hacía ella.-
-¿Entonces...? ¿Para que quieres venirte a mi casa?
-¿No puedo? Tú siempre vienes a la mía y vivo sola.
-No siempre...y la mayoría de las veces me obligas.
-Bueno,bueno los detalles no importan, tan solo estoy
harta de quedarme sola a dormir y encima que por fin me han dado unos
3 días libres en mi trabajo...
-Tan poco te pongas tan pesada. Lo que tú quieres es
decírselo a Nathaniel y ponerle celoso.
-¡Retira eso!
-Nunca.-Dijo a carcajadas.
-Entonces él salió corriendo de al lado suya, mientras
ella lo perseguía diciéndole palabras insolentes, Damián paró de
correr hasta que llegó a su destino: El instituto “La Girola”
-Mira que un nombre más feo no le podían poner.-Dijo
Damián para si solo mientras esperaba a Sara que a penas podía correr con su vestido largo.
-¡D-Damián! ¡E-espera!-Dije jadeando al llegar hasta
él.-
-¡Mira quién es la tardona ahora!-Dijo riéndose de mí.-
-¡Calla! ¡Si tuvieras este vestido, sabrías lo que
sufro!
-Damián puso su mano sobre mi cabeza,me sonrió y me
empezó a revolver todo el pelo.-
-Me vas a despeinaaar-Dije intentando quitar su mano de
mi cabeza pero sin querer, en el intentó le di un leve codazo a
alguien, Damíán paro y yo dirigí mi mirada hacía la derecha.-
-Lo siento Nathaniel.-Dije avergonzada.
-Esto no es una guardería Sara...deberías recordarselo
a él a menudo.-Dijo mirando con mala leche a Damíán.-
-Ya, pero tampoco es un cementerio o algo parecido, no
sé que tiene de malo divertirse.-Dijo Damián
-Nathaniel lanzó un bufido y se fue de ahí sin decir
nada más.-
-En serio, aunque me cuentes quinientas veces lo
simpático y amable cuando era pequeño seguiré sin creérmelo.-Dijo
revolviéndose su pelo
-Ya...yo también me pregunto si es el mismo Nathaniel
que conocí...-
-Va, no te preocupes, tendrá razones para haberse
convertido así.
-Sonó la sirena y nos dirigimos hacia el interior del
instituto, nos despedimos y nos dirigimos hacia nuestras
correspondientes clases. Entré en clase y me senté en mi sitio,
detrás del Don Perfecto Nathaniel, siempre quise que estuviéramos
en la misma clase pero ahora...las cosas habían cambiado. Ya ni nos
hablábamos y a veces él ni me saludaba, estoy completamente segura
que por culpa de sus padres. Eché un gran suspiro y apoye mi cabeza
sobre la mesa a la espera del profesor.-
-¿Sara..?-Dijo vocecilla
-¿Sí?-Dije levantando la cabeza
-¿Todo va bien?-Dijo Sam con su voz dulce
-Podría ir mejor, la verdad.-Dije estirándome
-¿Por lo de él? Ya sabes...-Dijo mirando a Nathaniel
-Exacto. Quisiera que seamos amigos como antes, pero por
más que insisto pasa de mí.-
-Bueno él se lo pierde.-Dijo sentándose en la silla que estaba al lado mía.-
-¿Y tú que tal?-Dije cambiando de conversación
-¡Bastante estresada! Mis padres me están agobiando
mucho con la carrera que voy a elegir.
-¿De verdad? ¿Qué piensas escoger?-Dije sorprendida
-Estoy dudando entre Animación y Bellas Artes.
-Al menos eres lista y no te metes en Derecho.-Dije
riendo
-Dios no, moriría con solo una clase...¿Y tú? ¿Qué
tienes pensando en un futuro?
-Bueno...no puedo vivir toda mi vida repartiendo
periódicos, pero no tengo pensado ser alguien importante en esta
vida.
-¿Qué quieres decir..?-Dijo con una ceja arqueada.
-Pues mira algunos quieren ser grandes artistas, grandes
cómicos, grandes personas en un futuro pero yo me conformo con tener
una vida sencilla, trabajar en un restaurante no le veo mala idea.
-Pero si tienes un talento lo mejor sería no
desperdiciarlo ¿No crees?-Dijo Sam mientras no paraba de dar vueltas a su pelo.-
-¿Y qué talento tengo yo?-Dije curiosa
-Mmm...bueno...ahora no se me ocurre nada...-
-Qué bien animas Sam...-Dije irónicamente
-¡No quería decir que no tengas ningún talento! Tan
solo es que no se me ocurre que podrías ser de mayor.-
-¡Yo prefiero ser feliz y ya está!-Dije levantando los
brazos.
-Ojala fuese tan fácil como tú dices...-Dijo
atusándose el pelo
-La vida no es fácil en eso tienes razón pero hay
otras personas que se complican la vida aún más.-Dije mirando al
chico que se estaba sentando delante mía.-
-Tienes razón.
-¡Chicos! ¡Lo siento por el retraso!-Dijo el
profesor de Literatura que acaba de entrar en clase.-
-¡Qué pena que haya venido...!-Dijo por lo bajo el
chico que se sentaba detrás mía.
-Solté una risa y mire al chico, sería nuevo, le mire
de arriba a abajo y era bastante mono. Pelo de color negro y ojos
azules, rara combinación pensé aunque bueno yo tengo el pelo azul
claro y los ojos verdes...En fin, él parecía un chico bastante
maduro, con algunos rasgos muy marcados, estaba sentado pero se veía
claramente que era bastante alto. Él me pillo mirándole y me
recibió con una sonrisa, me sonrojé y miré hacia delante mientras fingía escuchar al profesor he de confesar que aquel chico tenía una sonrisa demasiada bonita...-
-¡Oh! ¡Vaya! No me había dado cuenta de que había un
nuevo alumno.-Dije el profesor con los ojos muy abiertos.
-Tranquilo, por mi no me importa presentarme.-Dijo aquel chico con su sonrisa.
-¿Tenemos a un tímido por aquí?-Dijo el profesor
-Para nada, todo lo contrario.-
-¿En serio? Pues salga a la pizarra y preséntese si es
tan amable.
-Claro..-Dijo molesto
-Se sitúo delante de la pizarra cruzó sus brazos y se
dispuso a hablar:-
-Soy Alexandre Cassavachi, soy de sangre Italiana como
indica mi apellido.
-¿Usted es repetidor o algo parecido?
-En absoluto.
-¿Por qué se ha inscrito en este instituto?
-Por su nombre seguro que no.-Dijo sonriendo mientras
todos los demás nos reíamos.-
-Sea serio-Dijo el profesor, aunque él también se
había reído.
-Pues bueno, me he mudado hace no mucho y este instituto
era el más cercano ¡No hay mucha más historia!
-Bien, puede usted sentarse de nuevo, espero que sea un
buen alumno.
-Alexandre volvió a su sitio y volvió a sonreírme ¿Este chico nunca se cansaba de sonreír?-
-La siguiente clase se paso mucho más amena que la
primera y otra vez la profesora hizo que Alexandre saliera a la
pizarra de nuevo, él de nuevo salió molesto y se presentó de
nuevo, le preguntaron como se decía algunas palabras en italiano y
el lo decía sin problemas. He de decir que tuvo que soportar
preguntas de las chicas de mi clase... por ejemplo ¿Tienes hermanos de
tu edad? ¿Estás soltero? Es tan desesperadas las pobres...pensé.-
-Sonó la campana así que recogí mis cosas rápido
para encontrarme con Damián en el recreo.-
-Perdona...¿Tú eres Sara Blue?
-Si exacto.-Dije sonriendo esta vez a Alexandre
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