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"EL SECRETO DEL ÓPALO" ESTÁ PROTEGIDO

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sábado, 29 de marzo de 2014

Mi Realidad

Capítulo 2: Mi Sentencia de Muerte

-Estaba ahí, en clase sentada en mi sitio contemplando todo el panorama. Veía a todas las personas charlando o más bien gritando sobre todo lo que habían hecho estas vacaciones. A mi también me gustaría presumir de algo, como la nueva camisa de Sofía, que se le había comprado en Nueva York o porqué no, presumir sobre las fotos donde había estado, como lo que hacia Dani. O algo mucho más sencillo, destacar con el bronceado de las playas, un gran ejemplo de eso es Nico.-
-Este verano no hice absolutamente nada, lo único que hacía al despertarme y antes de dormir era estar en el ordenador o con el portátil. Tengo más vida allí que aquí. Hace no mucho tuve una cuenta en Tuenti y demás redes sociales, pero...apenas tenía cosas para publicar y al ver las fotos de los demás y todas las cosas asombrosas que hacían, me deprimían bastante...¡Qué se le va hacer!-
-Mi vida era muy monótona. Mi madre,como es azafata apenas pasaba tiempo conmigo y encima en verano con las vacaciones mucho menos. Lo único que hacía día y noche era trabajar, encargarme de la casa y de los estudios.-
-Dani, corría por la clase persiguiendo a Álvaro, que le había quitado su dinero para el recreo. Creo que me olvidé de presentarlos. Dani y Álvaro era los graciosos de la clase, en resumen los que entretenían a la clase. Siempre alegres y divertidos por donde van, me caían genial.-
-Dani, era uno de los pocos de la clase con el que cruzaba palabras. Incluso la mayoría de las veces le encubría en alguna de sus bromas. De repente, Sergio, que estaba en la puerta grita: ¡¡QUÉ VIENE EL PROFE, RÁPIDO!!
-Típico-dije sin querer.
-Cada uno de los alumnos de la clase fue a sus correspondientes sitios. Sergio se precipito sobre su asiento que se estaba al lado mio.-
-Las 4 marujas de mi clase, es decir las pijas insolentes, en la esquina del otro extremo de la clase. Natalia delante, junto a la pared. Sean y Cory en el medio, juntos como siempre. Nico venia hacia mi con tranquilidad, mientras que Dani, estaba totalmente exhausto, después de correr por toda la clase para recuperar su dinero.-
-¡Mi tesorooo!.-Me susuro Dani al enseñar sus monedas de 1$ al pasar al lado mía y acto seguido se sentó detrás mía.
-Me reí ante el comentario de Dani, pero mi risa bajo de volumen al ver como Nico se acercaba a mi. Mi corazón iba a mil. Ese chico me causaba sensaciones que antes no había conocido jamás.-
-Hola Kari.-Dijo con una gran sonrisa.-Él era una de las pocas personas que me llamaban de ese modo, me llamo Kairi, Mina aunque él desde el primer instante que nos conocimos empezó a llamarme Kari.-
-Nico se sentó en el sitio que se encuentra delante mía y empezó a mirar por la ventana. Las ventajas que tenía mi sitio es que podía ver a toda la clase con tan solo girarme, o ver el paisaje a través de la ventana o mejor, ver el monumento que tenía delante que se llamaba Nicolás.-
-¡Ey! Mina.-Dijo Dani pinchándome con el lápiz en la espalda para que le hiciera caso.
-Dime.-Dije sorprendida.
-¿Cuándo te vas a confesar?-Me dijo susurrando.
-¿Perdona?-Dije sin entenderlo del todo.
-Ya sabes...tú y Nico.
-¿Yo y Nico..? ¿De qué me estás hablando?-Dije alzando una ceja.
-Coño, que cuando te vas a declarar.-Dijo alzando la voz, pero no lo suficiente para que lo escuchen los demás.
-¡¿Pero qué dices!?-Dije sonrojada. ¿Cómo podía saber él que me gustase Nico? ¿Tanto se me notaba?
-Me he dado cuenta...de como lo miras...pensáis que no soy muy listo, pero hasta el más idiota se daría cuenta de como te hace sentir Nicolás..-
-Me quede atónita ante las palabras de Daniel, nunca pensé que él se fijase tanto en mi para notar eso. Iba responderlo claramente, pero entonces apareció el profesor.-
-¿Y bien...?-Dijo Dani mucho más bajo.
-Creo que los dos sabemos la razón del por qué hasta ahora no se lo he dicho, Dani...-Dije susurrándole mientras miraba hacia delante.
-Acto seguido de escuchar esto, Dani volteó su cabeza hacia una sola persona de la clase. Natalia. Note como Dani me iba a decir algo, pero se calló al ver mis ojos tristes. Y cambio sus palabras por una sonrisa de ánimo.-
-En cuanto el profesor acabo la presentación me fui corriendo a la siguiente clase, la conversación que tuve antes con Dani me dejo pensativa.-
-Ya lo había pensado varias veces, quizá demasiadas, ya ni si quiera sé que es lo que me atrae tanto a Nicolás y encima eso no es lo peor, me enamorado de alguien con el que ni si quiera hablo. ¿Cómo es posible enamorarse de alguien a quién apenas conoces?
-Yo, siempre he sido partidaria del amor por dentro y no por fuera, es decir la actitud en vez de la belleza, pero a la hora de la verdad...no cumplo con lo que digo.-
-Os sorprendería que a mis 16 años, no he tenido novio, ni si quiera he besado a alguien y por supuesto soy virgen ¡Pero que digo! Si hace unos años, era totalmente normal. Solo que nuestra sociedad ahora es más avanzada en esos temas, influyen a los más jóvenes que lo hagan más antes. Es mas, existen niñas de 14 años que ya lo han hecho, siendo unas niñas que están en desarrollo e incluso existen niños que se meten con ellos por no haber besado a nadie o no tener novio...¿Pero qué mierda hemos hecho con la sociedad y el mundo? ¿Tan jóvenes y ya están desesperados por tener novio? Me parece una ridiculez.-
-Con mi mochila a mis espaldas me dirigí hacia mi clase de dibujo, por fin una clase en la que me podía expresar sin palabras o letras.-
-Entre al aula 5A y me senté delante del trípode del fondo, que aun no tenia caballete. Al lado mía se puso Natalia, me sonrió y dejo su mochila a un lado.-
-Lo que me faltaba-pensé
-¡Bueno chicos! ¡Bienvenidos al nuevo curso de dibujo! Este año vamos hacer miles de trabajos, ya sea de acuarelas,carboncillo,sobre madera..ect. No creáis que la asignatura de dibujo es difícil ya que hay que tener maña, imaginación y destreza. En estos primeros días realizaremos bocetos y después, os diré cual será el trabajo del 1º trimestre.-Dijo el profesor mientras se movía para un lado y otro.
-¿Tan pronto?-Dijo un chico con gafas.
-Sí, porque este trabajo será el más difícil de vuestra carrera de arte, si es que elegís arte en bachiller.
-¿Por qué?-Pregunto Natalia.-
-Mi querida Natalia, no seas impaciente, espera algunos días más que no cuesta nada ¡Ahora os daré los caballetes para que podáis esbozar cualquier cosa!-
-¿Cualquier cosa?-Pregunto Leonardo.-
-Por supuesto "Da vinci", lo que quiero yo es ver vuestro potencial.-Cuando mencionó la palabra potencial, juré que me miraba de reojo.
-No me llame "Da vinci"...mi apellido es Torres...-sollozo Leonardo.-
-Si,si lo que tú quieras "DiCaprio".-Dijo el profesor sin hacer caso omiso, lo que provocó las risas en el aula y el suspiro de Leonardo.
-En cuanto me dieron el caballete, suspiré y medité sobre que dibujar durante más de media clase...¿Una fruta? No muy tópico...¿Una persona? Muy difícil...Me incline hacia atrás suspirando y de reojo vi el boceto de Natalia.-
-Wow...-solté sin querer.-
-¿Te gusta?-Dijo riéndose.-
-Por supuesto...-Natalia había dibujado un paisaje nocturno con la ayuda de las acuarelas y le había salido genial.
-Esto...Kairi...¿Puede preguntarte una cosa?-Dijo mirándome con un poco de tristeza.
-Claro...-Dije dudosa.-
-¿Por qué no me soportas...? ¿Tan mal te caigo? Por favor...dime...¿Qué he hecho?-Dijo sin ni si quiera mirarme.
-Estuve unos minutos en silencio mirando el relog, después de unos largos minutos, le respondí:
-No soporto tu perfección, es eso lo que me cae mal de ti.-En ese instante sonó el timbre que anunciaba el recreo, cogí mis cosas con rápidez y le deje con las palabras en la boca a Natalia aun que seguía inmóvil en su taburete.-
-Salí de ahí corriendo, lo tenía calculado, no quería ninguna pelea o discusión se armase ahora. Me dirigí a los baños y puse la mochila encima del lavabo, mire debajo de la puerta de los baños y confirmé de que no había nadie. Inspire hondo y me gire al espejo, me acerque a mi reflejo...me daba asco.
-Mi cara no tenía ninguna gracia, mis ojos no eran bonitos, no tenía los labios finos, ni la piel tersa y suave. Era horriblemente fea, asquerosa, me odiaba a mi misma. Sabía que lo que cuenta es el interior, tu personalidad, no tu aspecto pero...pensemos. ¿Cuántos héroes o protagonistas han sido feos? ¿Los personajes de televisión, cantantes...? ¿Habéis visto a alguien feo triunfar? ¿Es qué si eres feo no triunfas...?
-Recorrí con mis dedos por mi cara, incuso tenía granos y espinillas...sonreí al espejo, pero ni si quiera era guapa con una sonrisa en mi cara. Moví el pelo a un lado a otro, pero no hay manera, soy un monstruo. Sin poder evitarlo derrame unas cuantas lágrimas, odiaba a la gente como Natalia. Ella era perfecta, tenía una cara bonita, un cuerpo bonito, notas altas, deportista e inteligente, la odiaba por todo eso. Estoy segura que ella nunca ha sentido este asco al verse en un espejo.
-Me lavé la cara con agua fría, suspire e intenté calmarme pero aun esos pensamientos seguían en mi cabeza. Mi propia mente era una trampa donde yo tenía que salir, pero no podía. Me atuse mi pelo castaño y el flequillo que tenía en la frente, me ajuste las mangas de la camisa, aún era verano pero yo llevaba manga larga, al menos era fina. Me contuve las ganas de llorar otra vez y cogí la mochila. Volví a mirarme en el espejo y no parecía que había llorado, la práctica.-
-¡TE ODIO!-grité y me aparté del espejo y me fui de ahí como si no hubiera pasado absolutamente nada.
-Recordé que ahora tocaba recreo, así que me fui directamente a clase a dejar mis cosas.  En cuanto entré sonó un gran portazo, era la puerta de la clase. Me volví hacia ella e intente abrirla pero no podía, estaba cerrada. Di unos portazos, pero nada, entonces empecé a gritar haber si alguien me respondía.
-Entonces imite a los protagonistas de las películas policíacas: puse mi oreja derecha en busca de alguna voz que me abriese, pero en su lugar tan solo escuche carcajadas.-
-¡Ey! ¿A quién hemos encerrado?
-A la fea esa del 4ºC
-Y más carcajadas se escucharon...Me habían tendido una pesada broma, sería graciosa si no tuviera que quedarme prácticamente 2 horas seguidas encerada después del recreo tengo E.F y después de eso teníamos que dirigirnos al laboratorio.-
-¡Genial! ¡Lo que me faltaba hoy!-Dije con gran sarcasmo.
-Me senté en mi sitio y me acurruque entre mis piernas, ahora el grupo de chicos hablaban más alto y me insultaban más...-
-¿Cuánto tiempo se van a quedar ahí?-pensé.-
-Sus insultos y risas aun continuaban, incluso ahora se habían juntado con las voces de otras chicas y más, más gente...me lleve las manos a las cabeza y empece a respirar nerviosamente.-
-No...no...no...-Dije nerviosa.
-No vienen del pasillo...-Dije con la voz cortada.-
-Vienen de mi cabeza...-Y en ese entonces me apreté las manos en la cabeza y mis lágrimas estallaron por 2º vez ese día, mi respiración seguía agitada, me tenía que calmar de alguna que otra manera...no podía soportarlo...-
-Para...para...para...-sollocé
-Empece a llorar más alto, en un acto de desesperación me levante y di varias vueltas por la clase, tenía que parar las voces, los insultos, los pensamientos. Empece a chocarme con las mesas y sillas, había perdido mi sentido del equilibrio, no podía ver, mis ojos me dolían demasiado de tanto llorar. Intente calmarme una y otra vez, pero los pensamientos me impedían mantener la cordura, entonces, no me controlé.-
-Corrí hacia mi sitio, me subí a la silla y abrí la ventana. Pude sentir como la suave brisa rozaba mi cuerpo, un escalofrío me entro en mi cuerpo. Sin pensar, subí la persiana al máximo, mire debajo de la ventana y vi un campo lleno de plantas silvestres.-
-Crucé la ventana y coloque con cuidado mis pies en la repisa. Me temblaba todo el cuerpo, mis manos apenas se podían sujetar a las paredes, sin darme cuanta mis dedos se deslizaban, al igual que mis lágrimas...Cerré los ojos con fuerza, levante con suavidad el pie derecho y...otro portazo se escucho en la sala.-
-Era la puerta de la clase, habían abierto la puerta con brusquedad lo que hizo que me diera cuenta de lo que estaba haciendo. Ante mi asombro, perdí el equilibrio de tal manera que mi mano se soltó de la pared y me resbale por la repisa.
-¡NO! ¡NO! -Grité mientras cerraba los ojos esperando mi sentencia de muerte.

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