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"EL SECRETO DEL ÓPALO" ESTÁ PROTEGIDO

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lunes, 14 de abril de 2014

Mi Realidad

Capítulo 3 : Un héroe sin capa un caballero sin espada
-Todo mi cuerpo temblaba de miedo, pensaba que ese era mi fin pero alguien impidió esa catástrofe. Estaba jadeando, asustado como yo y me abrazaba fuertemente al borde la repisa de la ventana.-
-Recuerdo sus movimientos rápidos, en cuanto abrió la puerta y me miró allí a punto de morir, vino hacia mi corriendo. Me cogió la mano justo a tiempo y acto seguido me elevó con toda su fuerza de nuevo a la repisa.-
-Una vez a salvo, deslizó su mano izquierda por mi cintura y me abrazó fuertemente y así hasta estos instantes.-
-Atónita eleve mi mirada, allí estaba el chico por el cual estaba locamente enamorada, Nicolás. Él se dio cuenta de que le estaba mirando y juraría que en sus ojos había lágrimas, sus labios no sabían si sonreír o regañarme. Me soltó de la mano izquierda y de nuevo, pero está vez con su mano derecha la deslizó por mi cintura, haciéndome sonrojar. Con cuidado me dio media vuelta y entré de nuevo en clase.-
-Aún me temblaban las piernas, me giré para ver si el seguía allí conmigo. Estaba apoyado en la pared y ahora un poco más tranquilo.-
-¿¡Pero qué intentabas hacer?! ¿¡Estás loca!? -Dijo mirándome con sus increíbles ojos castaños.
-Y-yo..-No sabía que contestar, era la primera vez que él me gritaba de esa manera.

-Me eché al suelo y me acurruque entre mis rodillas y rompí a llorar.-
-¿Sabes...? Yo no tengo ganas de vivir.-Dije entre sollozos.
-¿Por qué dices eso?-Dijo Nico acercándose a mi.
-Tú no lo entenderías, es que por más que lo expliques nunca sentirás mi dolor.

-Me acarició la mejilla y con sus dedos paró mis lágrimas.-

-Al menos...Déjame ayudarte ¿no?-Dijo con su gran preciosa sonrisa.
-Es una historia demasiado larga Nico...-Dije apartando la mirada.
-Tenemos todo el curso para que me la cuentes.-Dijo sentándose a mi lado.
-Nico...
-Dime Kari. -Cada vez que pronunciaba el apodo que me puso, era inevitable ponerme roja.-
-¿Te gusta Natalia?

-Se quedo callado durante unos minutos y se tumbó en el suelo. Pasaron unos segundo hasta que suspiró y me contestó.-
-Nuestra relación es extraña. No me imagino queriéndola como una novia.-Ante esta respuesta le mire sorprendida.-
-¿Ah no? Yo...yo pensaba que la querías y ella a ti...-
-Ella me quiere, me quiere con toda su alma pero...yo no soy capaz de corresponderla.
-¿Entonces...? ¿Hay alguien en especial en tu vida...?-Dije con timidez.-

-Él se incorporo y estiró sus manos y me miró fijamente, de nuevo haciéndome sonrojar.-
-¿Por qué?-Me preguntó
-¿Qué?-Dije sin entender
-¿Por qué piensas que nunca te sucederá algo bueno? Siempre te quedas en el segundo plano y-Iba a continuar pero le corte la palabra.-
-Esa es mi realidad.
-Solo si tú lo piensas así.-Dijo mirándome seriamente.-
-¿Crees que yo estoy enamorado de ti?-Continuó.-

-Me quede muy pillada, con tan solo imaginarme que el estuviese enamorado de mi hacía volcar mi corazón.-
-Ni hablar.-Dije sin pensar ¿Qué alguien me quiera? ¿Al adefesio de Kairi? Imposible.
-Nicolás volvió a poner su mano sobre mi mejilla y me quitó algunas lágrimas que me quedaban. Estaba absorta en las acaricias que hacia en mi mejilla que no me di cuenta de que sus labios se estaban acercando a los míos. Me besó. No podía creerlo, mi primer beso robado por el chico que me gusta. Por un momento pensé que estaba en una serie de esas típicas americanas, pero estaba sucediendo de verdad.
-Me estaba besando y yo a él, fue un beso largo y sentí que ambos habíamos esperado demasiado ese momento. Apartó su labios y me dijo:
-Tienes que empezar a ser la protagonista de tu propia vida, Kari.-Y acto seguido se fue del aula.-
-Una vez que salió del pasillo pude escuchar perfectamente que le decía a alguien:
-No hay que ser tan cotilla.-

-Me sobresalté y puse mi mano sobre mi corazón, con la esperanza de que aquella persona no fuese Natalia.-
-Aquella silueta entró por la puerta y con mirada seria y a la vez contenta se dirigió a mi.-
-¿Dani?-Dije con la boca abierta.-
-En ese instante sonó el timbre que anunciaba el fin del recreo.-
-Me acerque a Dani cuidadosamente y lance mi pregunta sin demora:
-¿Dani? ¿Has escuchado todo?
-Solo he escuchado una parte, pero he visto todo...-
-¿Todo?-Dije con nerviosismo
-Todo.-Dijo con una mirada fulminante.-
-No intentes suicidarte de nuevo, habrá personas que sufrirán mucho.-continúo.-
-¿Quiénes? Estoy muy segura de que a nadie le importo ni una pizca.-Dije cruzando los brazos.
-¿Y qué hay de Nicolás? Te acaba de demostrar que eres algo más que una simple amiga.
-Dani en serio ¿Qué quieres?-Dije frustrada.
-Ayudarte ¿No lo ves?-Dijo pasándose la mano por su cabello.-
-¡Dani mis asuntos no te incumben!
-¿Y a mi qué? Solo porque no sean mis asuntos no voy a dejar que te hagas daño.
-Aparte mi mirada de sus ojos ante aquella frase filosófica, de verdad aun me quedaba por conocer a este chico, hubo un corto pero incómodo silencio.-
-Bueno, allá tú, tan solo intento salvarte de este mundo.-Dijo cogiendo su mochila.
-A continuación se fue directamente hacia la puerta pero se detuvo y se volvió a girar hacia mi.-
-Kairi, debes empezar a mirar tú alrededor y darte cuenta que hay más gente a quien le importas más de las que tú crees.
-Y acto seguido volvió a mirar hacia delante y se fue por la puerta.-
-Cogí mis cosas, me seque los ojos por si acaso y me fui hacia al patio, estaba totalmente en mi mundo, no estaba pendiente de lo que me decían ni si quiera lo que hacia. Me chocaba con todo lo que se me ponía delante e incluso casi me iba con otro clase que también estaba en el patio.-
-Durante toda la puta hora de E.F me la había pasado observando a Nico y a Dani ¿Qué pretendían esos dos? Me lanzan un discurso largo sobre no menospreciarme y después pasan de mí ¿Habrán hecho alguna apuesta esos dos? Aunque pensándolo mejor sería casi imposible de fingir tan bien. Sinceramente aun no me creía que el chico del que he estado enamorada durante años me empiece a tomar en cuenta ¿Y Dani? ¿Cuándo ha empezado a ser así de maduro?-
-Eché un gran bufido, di unos cuantos botes a la pelota de baloncesto y la lancé a canasta, sorprendente no falle.-
-Mira, parece que hoy a Kairi se le esta yendo bien el deporte.-Dijo sorprendido Sergio
-¡Debe de ser el fin del mundo o algo!-Exclamo con una gran carcajada Jorge.-
-Cállate.-Le dije mirando con una mirada de odio. Estaba totalmente molesta y no tenía ganas de aguantar las palabras de un imbécil.
-¡Uy! La gatita se ha afilado las garras hoy.
-Gatita tus cojones.-Le contesté.
-Dentro de unos minutos toda la clase nos rodeó formando un círculo ¿Estaba pasando lo que yo creía? ¿De verdad me iba a meter en mi primera pelea?-
-Bueno, deberías haberme agradecido que te llamase gatita porque eres más fea que un orco.-Dijo cruzándose los brazos y riéndose.
-Yo no he pedido tú estúpida opinión gilipollas.-Dije apretando los puños con rabia.
-¿Quién tiene la regla hoy?-Dijo con un tono burlón.
-Me cabreé tanto que cogí una pelota de baloncesto y se la tiré con todas mis fuerzas con tan mala suerte para él, que le di en su partes nobles.-
-Tu madre, capullo.
-Todo el mundo empezó a lanzar gritos y risas pero Jorge y yo eramos los únicos que no tenían ganas de reír en ese momento, Jorge volvió en sí, se levanto y se puso muy cerca mía.-
-No sé que mierda te pasa hoy pero como metas más leña al fuego no voy a poder controlarme.-Dijo con una voz agresiva y autoritaria.-
-Todo el mundo se calló esperando la respuesta que iba a dar, estaba muy nerviosa, sabía que él no iba de coña y era capaz de darme un puñetazo y desfigurarme la cara para siempre, aunque fuese una chica. Pero antes de que me diese cuenta el profesor ya estaba tocando el silbato y viniendo hacía nosotros, calmo la clase y nos pidió a mi y a Jorge que hablásemos con él después de las clases.-
-Me alejé de toda la clase y me senté en suelo a recapacitar sobre lo que había hecho.-
-Hey, veo que hoy no es tú día.-Dijo alguien sentándose al lado mía.-
-¿Qué quieres Adam?-Dije sin ni si quiera mirarlo, sabía que era él, su voz dulce y tranquila era inconfundible.
-Hablar contigo, para ser el primer día estás siendo demasiado imbécil con todo el mundo.-
-¿Con quiénes?
-Pues con Natalia, por ejemplo esta mañana, nos ha mencionado que la insultaste y te largaste por la puerta nada más sonar el timbre, también está Jorge aunque él se lo ha ganado, pero admite que tu le has provocado demasiado.
-¿Y si quiero ser así? Quiero decir ¿Y si ahora quiero ser una rebelde sin causa y mandar todo a la mierda?
-Esa mentira no cuela, Kairi.
-Alcé un gran bufido-¿Por qué nadie me deja hoy en paz?-Dije derramando unas lágrimas sin querer.-
-Tal vez sea porque nos importas.-Dijo mientras buscaba algo en su bolsillo.-
-¿A quién le iba a importar yo? Todos me decís lo mismo pero todos los años anteriores habéis pasado de mí.-
-Tenemos parte de la culpa y tú también, te encencierras demasiado.-Dijo mientras sacaba su mano (por fin) de su bolsillo un pañuelo.
-Adam...por favor...ve al grano ¿Qué quieres decirme?
-Adam se puso enfrente mía, me cogió de la barbilla, me secó las lágrimas y después me miró fijamente..-
-Quiero que estés bien, quiero que seas feliz de una puta vez Kairi. Antes no eras así y lo sabes, estábamos en la misma clase en primaria, por aquel entonces siempre tenías una maravillosa sonrisa...Dime ¿Qué le ha pasado a esa chica?
-Simplemente murió.-Dije apartando la mirada.
-Kairi por dios, no soporto que estés así, siempre te he intentado ayudar porque tú lo hacías por mí...pero llegó la secundaria y mandaste todo a la mierda.
-Sí, lo hice...pasaron muchas cosas...tantas que me hicieron hundir...
-Pues no sé a que esperas para decírmelo.
-Empecé a derramar lágrimas, tanto dolor que sufrí en aquellos días...tanto sufrimiento...que me extraña que aun siga viva y en pie.-
-Adam. Yo...lo siento.
-¿El qué lo sientes?-Dijo mirándome preocupado y con un poco de duda.-
-Siento...haber causado tantos problemas hoy y por no haberte ayudado en aquellos días.-
-Eramos niños...no fue tú culpa...-
-Pero aun sí...y-yo deje de hablarte...y deje de ser tú amiga...-Dije intentando parar las lágrimas.
-Kairi...-Susurro Adam y acto seguido me dio un abrazo por sorpresa, era una abrazo cálido y con firmeza ¿Hacía cuanto no teníamos conversaciones tan largas? Pero...una persona interrumpió mis pensamientos...no sé si eran imaginaciones mías pero al otro lado del patio podía ver la silueta y juraría que era el mismo Nico quien nos miraba.-

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